La casa del campo (El viaje)

Hoy les voy a contar a mis queridos lectores una experiencia inolvidable, increíble...

Bueno, esto comienza con una locura de Antonio, diciendo que alquiláramos una casa y pasaramos allí varias noches... Despues de discusiones, desacuerdos y reuniones todo quedo arreglado e íbamos a ir 10 personas:
Jose, Rubio, Antonio, Nacho el Largo, Nacho Gonzalez, Fátima, Gema, Alicia, Vicky y yo. La semana antes de ir tuvimos una incorporación: Pecci. Y una vez unido Pecci se cerro la lista de inquilinos de dicha casa. Hasta que la noche antes de ir para allá dijo Nacho el Largo que no iba porque se sentía mal. Así que la lista de personas volvió a ser de 10.

Ahora comenzamos con lo bueno. Llega el día en que nos vamos para la casa, todo listo. Y en el coche donde yo iba estábamos:

Rubio de co-piloto

Jose de piloto

Antonio detrás de Jose

Pecci detrás de Rubio

Yo detrás en el centro

El viaje comenzó con más de media hora de retraso porque tuvimos que esperar a que las niñas y Nacho fueran a por algo... Y en la espera lo que pasó fue... que nos hartamos de comer las gomitas que trajo Antonio, aunque justo después él mismo nos advirtió que si comiamos muchas gomitas era posible que nos doliera el corazón durante un poco de tiempo. El trayecto fue divertido, picándonos con el coche de las niñas, que parecía que iba a pedales. El comentario del trayecto fue de Jose que dijo:

-"Hay que ver que el coche no me tira como debe"

Y a los dos minutos va y quita el freno de mano después de haber ido media hora a 120 por autopista con el freno de mano puesto.

Depués de un trayecto largo y sinuoso llegamos al pueblo... Maldito pueblo. Podríamos haber dejado los coche y subir a pie hasta la casa que hubiera sido más rápido que tirar con dos coche cargados de maletas y personas hasta casi lo más alto del pueblo. Pero al final llegamos a la casa con coches y todo.

La casa... Una preciosidad, para que os hagáis una imagen de lo que veíamos os pongo la siguiente foto.

Las vistas de la casa

Estábamos rodeados por la nada más absoluta, sin nadie que nos molestara y nadie a quien molestar. Podríamos hacer lo que quisiéramos. Y lo que hicimos lo contaré en la siguiente entrada.

CONTINUARÁ...