martes, 31 de mayo de 2011

Una historia de "amor" (segunda parte)

Después de ese guantazo vino un veranito curioso...

Varios días saliendo sin él. Edu saliendo con gente un poco... despreciable, la verdad. Pero al fin y al cabo era gente que podían ayudarle en esos momentos, gente acostumbrada al fracaso. Por mi parte comencé a salir con gente que nunca me hubiera imaginado, pero que al final se convirtieron en grandes amigos.

Pasado el tiempo, en la Barbacoa de 2010, Edu nos ayudó a Jose y a mi en un momento un poco delicado de nuestra existencia.

Poco después pasó una cosa que fue bonita. Edu encontró el amor, Myriam. Comenzaron a salir con nosotros. Pero un día le comenté a Edu cosas que creí que eran buenas para ambos, aunque no se comparta mi punto de vista, y nos distanciamos para que su relación pudiera madurar y la amistad no se rompiera.

Inciso que no viene demasiado a cuento. De momento no he comentado nada de aquella chavala, y me he centrado en la historia de Edu porque esta historia es la que da lugar al fin de mi historia de "amor".

Después de un otoño a mi bola, la noche del 25 de Diciembre de 2010 me encontré a Edu que venía de dejar a Myriam en su casa. Y hice lo que debía, me disculpé con el corazón en un puño. Edu se alegró, como pocas veces he visto, y fuimos a celebrarlo.

Acabamos en el Shakra, nueva Buhardilla, tomando mil y un chupitos. Borrachos perdidos se nos ocurre que llamáramos a la chavala que tanto daño había hecho a Edu y gastarle bromitas.

Actitud de niños pequeños, la verdad es que sí, pero estábamos borrachos y queríamos reírnos de lo que nos había separado. Así que eso hicimos. Edu se fue a dormir la mona, y a mi se me ocurrió llamar a Jose para ver si estaba por la calle, pero por error le dí al número de dicha chavala, maldito gran error.

Después de intentar hacerle una bromita ella me descubrió y le dije que bajara de su casa para hablar... Lo que hicimos a partir de ahí lo dejo para vuestra imaginación, pero nada más que tengo que añadir que hubo un ascensor por en medio.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Una historia de "amor"


El “amor” un sentimiento que la gente suele decir que siente cuando ve/piensa/siente a esa persona “especial”. Yo sencillamente creo que no existe, solo son reacciones químicas de nuestro cerebro, igual que las causan las drogas… Puede que sea por eso que lo llaman la droga natural…

Bueno, nuestra historia comienza hace ya algo más de dos años, en mi colegio. Era una chavala más, no la conocía personalmente, pero ambos sabíamos de la existencia del otro, no sé si me entendéis. Y, cuando menos nos lo esperábamos, sucedió. Comenzamos a salir, todo era perfecto según ella, para mí, la verdad, era una más. Y casi sin darnos cuenta acabó. Un día me armé de valor y la dejé.

Hasta ahí toda una historia de “amor” de quinceañeros normal y corriente. Pero no todo es tan fácil y menos cuando se tienen que ver todos los días y tienen un gran amigo en común, Edu. Total, que al final dejé un poco de lado a Edu porque no merecía la pena estar casi sin hablar por una mujer.

Pasado el tiempo, saliendo con Edu un día normal me suelta que está enamorado de esa chavala, yo al principio un poco sorprendido, pero lo único que le digo es que por mí no se corte, que yo con ella ya nada.

Edu lo intentó e intentó, pero lo que consiguió para nada le consoló. Él era su “confidente”, y ella seguía siendo algo más para él. Yo sencillamente aconsejaba a mi amigo.

Pasamos el tiempo sin que cambie nada entre ellos dos, y llegamos a carnavales. La maravillosa final del Falla, a Edu le dio por verla en su casa, y nos invitó a ambos, la chavala y mi menda, con el mal rollo que eso implicaba…

La noche fue mejor de lo esperado con sus “Zipotes Africanos” y tal. Así que hicimos las paces.

Al tiempo Edu organizó una salida a Arrecife (En paz descanse) y allí nos encontramos, Edu, ella, mil personas y yo. Una cosa llevó a la otra y no sé explicar muy bien cómo pero acabamos liándonos. El enfado de Edu fue considerable… Pero lo medio arreglamos.

Ella y yo ya casi ni nos hablábamos por lo que le habíamos hecho a Edu, pero sin quererlo ni beberlo llegó nuestra graduación. Como podréis imaginar, Alcohol, desenfreno y mucho vicio en el ambiente.

Allí estábamos con dos lotes Jose, Edu y el que habla. Una borrachera, un poco… Grande. Y como también era la graduación de dicha chavala, estaba allí. La noche transcurría borrosa, pero molaba. Hasta que Jose me dijo:

“Si tu eres Gay, a mi me da igual, yo te voy a seguir queriendo”

Sinceramente, para mí fue un palo, así que hice lo justo para que a Jose se le quitaran las ganas de volver a decirme eso. Me lié con esa chavala, por tercera vez. Edu nos vio, seguía enamorado. Me gané un puñetazo. La amistad de Edu la jodí yo solito, y fue un verano saliendo juntos, pero un poco distanciados. Pero hasta aquí puedo seguir hablando de este amor entre Edu y la chavala.

Aunque tiene un capítulo más que contaré en breve…

Post-Data: Edu encontró el amor... El próximo capítulo lo dirá todo al respecto

sábado, 14 de mayo de 2011

Joder un ambiente de estudio

Comenzamos en una noche agradable de Cádiz, estoy en la calle esperando a Nacho. Viene Edu y me dice que va a coger el coche, que me acercaba a recoger a Nacho. Vamos a por el coche y recogemos a Nacho.

Comenzamos a dar vueltas con el coche sin un rumbo fijo. El conductor, Edu, dice que tiene que recoger a su novia en el Aulario de Simón Bolívar. Le decimos que vale, que allí nos quedamos. Llegamos a dicho Aulario, y allí nos encontramos a un chaval, Carlos.




Se va Edu con la novia, y nos quedamos en el Aulario Carlos, Nacho y yo. Le preguntamos a Carlos que qué estaba estudiando, cómo lo llevaba y cosas así. Una conversación normal entre amigos.

A esto que Carlos se va a seguir estudiando. Nos quedamos dentro del Aulario Nacho y yo, sin mucho que hacer pero con muchas ganas de todo. Ojeamos los folletos de la UCA mientras hablamos sobre cómo poder subir a la segunda planta que estaba "vetada" por las noches.

Total, me fijo que hay un sensor de movimientos en las escaleras. Le digo a Nacho que eso es un sensor de movimientos y que seguramente estará conectado a las luces del segundo piso, igual como están en mi casa.



Nacho duda, le digo que si no me cree que tire una bola de papel para probarlo. Nacho dice que no, que hay mucha gente pasando y un portero dando vueltas. Picandole al final conseguí que tirara la bola cuando nadie lo miraba.




La tira, la expectación se mascaba en el ambiente, los dos con los ojos como platos mirando al segundo piso. Y...

¡Nada! No pasa nada. Total que decidimos marcharnos ya que no había mucho que hacer allí y no había sucedido lo esperado. Al estar pasando por la puerta, justamente cuando nos está mirando el portero...

¡Comienza a sonar una alarma!

Los que estaban en la puerta miran hacia dentro del Aulario preguntándose que cojones pasa. Y nosotros... Nosotros nos miramos, aligeramos el paso y salimos de allí pitando.

Y así es como se jode un ambiente de estudio y te das cuenta que no eres normal, eres pseudo-normal.

Un abrazo a todos los estudiantes de la noche del 13 de Mayo del 2011 que estaban estudiando en el Aulario de Simón Bolívar. Gracias por sufrir lo que hemos provocado dos chavales.