Jesús y yo en Italia |
Cuando llegué a la Punta me encontré a Jesús en el sitio que siempre me lo encuentro y como siempre me lo encuentro, en el primer banco, con un cubata en una mano y en la otra una botella. Tras saludar le digo que si damos una vuelta, y eso hacemos.
Charlando, nos ponemos al día y me entero que él ha entrado en Derecho, que había ido allí con unos amigos, que la vida le iba bien, y que los amores como siempre, nulos.
Volvemos a su sitio, y me presenta a sus amigos, la verdad, no recuerdo sus nombres, pero poco importa. Comenzamos a hablar, y la verdad unos chicos la mar de simpáticos, hasta que uno de ellos dijo algo_
-"Tu seguro que eres gay."
Imaginaos mi cara cuando me dijo eso, tras negarlo con educación, me empezó a acosar. La verdad, un poco incómodo. Jesús al ver que estaba apurado me sacó de allí y fuimos a dar otra vuelta.
Se disculpó por su amigo, me dijo que no le hiciera caso y me invitó a un cubata que más que cubata era vodka solo (creo recordar que era vodka). Y seguimos charlando.
Al volver ese chaval siguió acosandome, pero de una manera distinta, una manera que yo solo he visto en una situación. Cuando un hombre quiere liarse con una mujer.
Así que hice lo que hacen la mayoría de las tías cuando se sienten incómodas porque algún tiparraco está intentando liarse con ella, irse. Me despedí de Jesús y me fui.
Y esta es la historia de como me sentí una mujer por unas horas.
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