viernes, 13 de abril de 2012

Bienvenidos a Gayland

 Historia de una fiesta de la primavera




Oh, Selu. Ojalá pudiera deciros que Selu sigue siendo heterosexual, pero he comprendido que no se puede serlo completamente si te lías con hombres; y Selu se enrolla con ellos. No amigos, uno no puede engañarse bajo la fachada de ligón empedernido, ahora Selu pertenece a los Estados Unidos de Gayland.

Es alucinante lo rápido que se puede pasar de sexualidad dudosa a homosexual total. ¿Y por qué yo soy hetero si todos los que me rodean han tenido sus pinitos con el mismo sexo? Es gracias a mi lista de reglas.

Regla número 1 para sobrevivir en Gayland: Control.

Cuando la bebida se consumió en exceso, los primeros en caer por razones obvias fueron aquellos que no tenían control sobre sí mismos.

A medida que la bebida corría y aumentaba el número de borrachos ya no bastaba con controlarse, había que apartar a la gente teniendo cuidado y la falta de psicomotricidad y reflejos de la que suelen hacer gala los borrachines no te permite un movimiento rápido; lo cual nos lleva a la:

Regla número 2: Quita la cara y huye.

En los momentos en que no estemos seguros de que la otra persona ha dejado de entrarnos, no limites los medios para poner tierra de por medio porque con un poco de insistencia por su parte, el hetero puede acabar cediendo.

Habría, podía, debería; Selu no tardó mucho en infringir las dos primeras reglas. No contento con cogerse una cogorza inmensa (regla número 1), comenzó a jugar a la botella con un grupo variopinto de gente de ambos sexos (regla número 2). De esta situación sacamos precisamente la:

Regla número 3: Cuidado con los cabrones de tus amigos.

Cuando eras más vulnerable, tus amigos podían llegar incluso a animarte a cometer errores. De esta manera fue como entre muchos animamos a Selu a liarse con dos o tres chicas y no me sorprendería que le tentáramos a liarse con el “Macho Alfa”, con quien Selu tenía una muy buena relación. De ésto deriva precisamente la:

Regla número 4: Corta los lazos afectivos.

Así que, cuando estés borracho y rodeado de mariposas, quizá sea hora de cortar los lazos afectivos y evitar actitudes “cariñosas” con los mismos. Con actitudes cariñosas me refiero a piquitos, besitos en los cachetes, tocamientos inocentes y demás.

Por supuesto, si decides hacer caso omiso de las dos reglas anteriores y “estrechar lazos” con tu mismo sexo, 

Regla número 5: Procura actuar en lugares privados.

Si no quieres que todo el mundo se entere en menos de lo que canta un gallo de lo que te suceda en una “noche loca”, escóndete cuando llegue la hora de los arrumacos. Busca un lugar apartado y oscuro en el que no vayas a ser el centro de atención, salvo que quieras que todos tus conocidos te llamen al móvil durante las 3 horas siguientes para preguntarte si es cierto lo que alguna fuente anónima (ver la regla número 3) les ha contado.

En resumen, y haciendo un repaso por la Fiesta de la Primavera de hace dos años ya; Selu pudo haber evitado que las dudas sobre su sexualidad aumentaran de una forma desorbitada en sólo unas horas de haber seguido estas 5 sencillas reglas.

Si no se hubiera emborrachado para después jugar a la botella con damas y damos, si hubiese sido capaz de evitar los malos consejos de sus amigos en aquella noche y no se hubiera arrimado mucho a su “Romeo” y, por encima del resto de reglas, si hubiere tenido un momento de lucidez para apartarse del resto del grupo en su “momento femenino”; todo podría haberse quedado en una simple noche más.

Pero como ya todos sabemos, Selu decidió en aquella noche convertirse en otro ser más de la noche. No sé qué fue exactamente de él desde ese día. Unos dicen que se convirtió en “La Vane” y actúa en clubs de carretera por unos cuantos euros. Otros que tras esa noche sintió la llamada del Señor y se metió en un convento para darse a la vida de sacerdote luterano. Por otra parte, el rumor menos fiable es el de que empezó a estudiar psicología por la universidad a distancia. En cualquier caso, espero que ahora esté en un lugar mejor.





Esta historia está basada en hechos reales, pero narrada en clave de humor con el afán de divertir al personal. Espero que nadie se moleste por los comentarios en ella vertidos y, si lo hace, mis disculpas por adelantado.

By Eduardo Jesús Rovira del Río (twitter: @EduardoJRovira )

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